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Cómo prevenir y evitar los impagos en pequeñas empresas

La morosidad es una de las principales preocupaciones a la que se enfrenta cualquier autónomo o pequeña empresa. Y no es de extrañar, ya que más del 40% de trabajadores autónomos han tenido alguna vez problemas para cobrar las facturas, de acuerdo con los datos recabados por la Asociación de Autónomos ATA. Asimismo, de acuerdo con el Boletín de Morosidad y Financiación Empresarial de CEPYME, se estima que el periodo medio de pago es de 86,9 días para las pequeñas empresas.

Teniendo en cuenta lo anterior, resulta lógico que la prevención de impagos se haya convertido en una cuestión de suma importancia para autónomos y pequeñas empresas.

¿Qué es un impago?

El impago constituye el incumplimiento de las obligaciones legales o de las condiciones de un préstamo. Esto significa que el impago se produce cuando una persona, empresa u organización no puede o no hace frente al pago de una deuda contraída cuando ha transcurrido la fecha de vencimiento.

Si no existe un documento en el que se haya establecido previamente una fecha límite para proceder al pago, no se podrá reclamar legalmente el impago, ya que este solo se produce cuando no se ha cumplido con la obligación de pago antes de la fecha de vencimiento. Esto significa que es de vital importancia elaborar un contrato o una factura en los que se consigne un plazo de vencimiento.

Medidas para prevenir y evitar los impagos en pequeñas empresas

Si bien es cierto que los impagos son muy comunes, no es menos cierto que existen medidas que, implementadas correctamente, pueden reducir notablemente la incidencia de este tipo de situaciones en pequeñas empresas y autónomos.

La investigación como punto clave

A la hora de negociar cualquier oportunidad comercial es fundamental realizar una investigación a fondo, de fondo que se recabe toda la información posible sobre la empresa, empresario u organización con la que se está negociando.

Lo más recomendable es acudir a fuentes de información pública y fiable, tal es el caso del Registro Mercantil o los ficheros de solvencia patrimonial. Gracias a estos registros, se podrá comprobar cuál es el historial crediticio del futuro socio o cliente comercial.

También es recomendable solicitar informes comerciales, gracias a los cuales es posible conocer la situación de solvencia del posible cliente o socio.

Determinar las condiciones de pago de forma clara

Antes de firmar cualquier acuerdo comercial, es clave fijar de forma clara y previa las condiciones contractuales y de pago.

Como ya se ha adelantado, solo es posible reclamar judicialmente un impago cuando se hubiera determinado previamente el periodo de vencimiento. Esto significa, por tanto, que es fundamental incluir en las condiciones contractuales el tiempo de pago. No obstante, también se ha de incluir el método de facturación.

A la hora de determinar las condiciones contractuales y de pago es recomendable analizar a la competencia, así como tener en cuenta la situación financiera de nuestra empresa. Solo así se podrá implementar una estrategia de pagos coherente, tanto con el sector al que se dedica nuestra empresa, como con la mercancía objeto de comercialización.

Fijar cláusulas de protección

Antes de concretar un acuerdo comercial, e independientemente de que después se vayan a emitir las correspondientes facturas, también es importante formalizar las citadas facturas a través de pagarés, avales bancarios o cheques. El uso de estos documentos mercantiles permitirá, en un futuro y eventual impago, reclamar legalmente en vía judicial con mayor facilidad.

Cobrar por anticipado y ofrecer facilidades de pago

El cobro anticipado es una buena forma de prevenir los impagos, ya que se evita generar deuda alguna con el cliente o socio comercial. De hecho, es así cómo funciona el comercio electrónico.

No obstante, no siempre resulta sencillo implementar un sistema de cobro por anticipado. Es por ello por lo que, ante la imposibilidad de cobrar anticipadamente, es conveniente ofrecer facilidades de pago a los clientes, buscando aquellas fórmulas que sean mejores para nuestra empresa. El pago de una parte por adelantado, el pago a plazos o los planes de pago mensuales son algunos ejemplos que resultan de gran utilidad.

En el caso de que estos mecanismos de prevención de los impagos para proteger la empresa de estas situaciones no funcionasen y se requiriese reclamar un impago, el primer paso es contratar un abogado para que haga la solicitud de cobro por vía amistosa mediante un burofax, lo que suele ser una medida efectiva en buena parte de los casos. En caso de que no se haga efectivo el pago de la deuda, se podría iniciar un proceso legal para recuperar su dinero.

En Legaltic tenemos amplia experiencia resolviendo litigios de cobro de deudas. Si necesita asesoramiento al respecto, no dude en ponerse en contacto con nosotros.

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